La decoración es preciosa, todo en piedra y madera. Las habitaciones son muy amplias y los baños muy grandes. Las vistas desde la cabaña impresionantes gracias a unos enormes ventanales que permiten disfrutar del paisaje. Los anfitriones encantadores nos dieron detalles de la zona, facilitándonos información sobre zonas de interés. Volveremos seguro